El amor al enemigo y su recompensa. “Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?”

El Señor Jesucristo, en los días que estuvo en la tierra, cuando los hombres Lo maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba.

(Salmos 35:12) “Me devuelven mal por bien, Para afligir a mi alma.”

(Salmos 38:20) “Los que pagan mal por bien Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.”

(Salmos 109:5) “Me devuelven mal por bien, Y odio por amor.”

“Jesús le respondió: Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me golpeas?”

(Juan 18:19-24) Anás interroga a Jesús (Mt. 26.59-66; Mr. 14.55-64; Lc. 22.66-71)
“19 Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.
20 Jesús le respondió: Yo públicamente he hablado al mundo; siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en oculto.
21 ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho.
22 Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote?
23 Jesús le respondió: Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me golpeas?
24 Anás entonces le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.”

(1 Pedro 2:21-23) “21 Pues para esto fuisteis llamados;
porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;
23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba,
sino encomendaba la causa al que juzga justamente;”

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Todos los seres humanos son iguales en dignidad. Ninguna persona tiene derecho a ofender o maltratar a nadie.

(Salmos 39:1) “Yo dije: Guardaré mis caminos, para no pecar con mi lengua;
guardaré mi boca como con mordaza mientras el impío esté en mi presencia”.

(Eclesiastés 5:6) “No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia.
¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?”

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El Amor está sobre todo; Amar es hacer la Voluntad de Dios. Es la llave de entrada al Reino Eterno.

(Santiago 2:8) “Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis;”

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(Proverbios 24:17) “Cuando cayere tu enemigo, no te regocijes,
Y cuando tropezare, no se alegre tu corazón;”

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“Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?”.

(Mateo 5:43-48) “43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,
haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?
47 Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?
48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.”

“Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.”

(Lucas 6:29-36) “29 Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra;
y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues.
30 A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.
31 Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
32 Porque si amáis a los que os aman,
¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.
33 Y si hacéis bien a los que os hacen bien,
¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.
34 Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir,
¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.
35 Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.
36 Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.”

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Maldigan ellos, pero bendice tú.

(Salmos 109:28) “Maldigan ellos, pero bendice tú;”

(Mateo 5:43-44) El amor hacia los enemigos.
“43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
44 Pero yo os digo:
Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,
haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;”

(Lucas 6:27-28) “27 Pero a vosotros los que oís, os digo:
Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen;
28 bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.”

(Romanos 12:9-10, 14) "9 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.
10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
14 Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis”.

(1 Pedro 3:9) “no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición,
sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.”

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(Proverbios 25:21-22) “21 Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, Y si tuviere sed, dale de beber agua;
22 Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, Y Jehová te lo pagará.”

(Romanos 12:18-20) “18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. 19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
20 Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber;
pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.”